El Diseño Industrial es una modalidad de Propiedad Industrial que protege la apariencia externa u ornamentación de un producto, o de una parte de él, sin tener en cuenta sus características técnicas o funcionales. Se trata, por tanto, de un tipo de innovación formal.
Esa apariencia u ornamentación de un producto o de una parte de él, lo diferencian, desde el punto de vista visual, del resto de productos, y es lo que se va a proteger bajo la modalidad de Diseño Industrial, sin menoscabo de que se cumplan otra serie de requisitos exigidos.
Las características técnicas o funcionales no se tienen en cuenta en el Diseño Industrial, de manera que las características de apariencia del producto dictadas exclusivamente por su función técnica, no serán protegidas como Diseño Industrial. En ese caso, la modalidad adecuada para recibir protección sería la Patente o el Modelo de Utilidad.
En los modelos de utilidad se protegen invenciones técnicas que resuelven problemas técnicos mientras que en los diseños industriales se protege sólo la apariencia externa de un producto. El alcance de protección de un diseño industrial no llega a las características dictadas exclusivamente por su función técnica. Por ejemplo, la protección de un diseño de un destornillador alcanzaría sólo a la forma del mango que admitiría alternativas, pero no a la punta cuya forma viene determinada por la función de ajustarse a un tornillo.
Cuando se habla de producto, se incluyen tanto los productos industriales como los artesanales. Como norma general, un diseño industrial puede consistir en:
Al igual que el resto de modalidades de propiedad industrial, el diseño industrial otorga a su titular un monopolio temporal y territorial.